(Imposible girar la imagen, siempre se puede mirar de lado)
Tras la bermeja Aurora el Sol dorado |
por las puertas salía, del oriente, |
ella de flores la rosada frente, |
él de encendidos rayos coronado; |
sembraban su contento o su cuidado, |
cuál con voz dulce, cuál con voz doliente, |
las tiernas aves con la luz presente, |
en el fresco aire y en el verde prado, |
cuando salió, bastante a dar, Leonora, |
cuerpo a los vientos y a las piedras alma, |
cantando de su rico albergue, y luego, |
ni oí las aves más, ni vi la Aurora, |
porque al salir, o todo quedó en calma, |
o yo, que es lo más cierto, sordo y ciego. |
3 comentarios:
Siempre me encanta tu elección de colores, el punto, el detalle.
Un abrazo
Qué bonito verte de nuevo por aquí Isa. Mira que nunca he sido de leer poesía, pero me estás aficionando.
Un beso.
Jesús.
Pues me encanta el cuadro, vertical o apaisado. :-))
Publicar un comentario