jueves, 29 de noviembre de 2007

sobre la memoria



He de trascender, pues, ésta mi naturaleza, para ascender como por escalones hacia aquél que me hizo. El primer paso es el de la memoria, campo grande y palacio maravilloso donde se almacenan los tesoros de innumerables y variadísimas imágenes acarreadas por los sentidos. En ella se almacena cuanto pensamos —acrecentando, disminuyendo o variando de cualquier modo lo adquirido por los sentidos— y cualquier otra cosa confiada a la memoria y que aún no ha sido tragada y sepultada por el olvido.
Una vez allí, pido a la memoria que me traiga lo que quiero. Algunas cosas se presentan al momento; otras tengo que buscarlas durante más tiempo y sacarlas como de unos escondrijos más secretos. Otras se presentan como en tropel y cuando quiero buscar otra cosa se me ponen delante, como diciendo: «¿Somos por ventura nosotras las que buscas?». Yo las aparto de mi memoria con la mano del corazón, hasta que se hace claro lo que quiero y salta desde su escondite a mi vista. Hay otras cosas que se presentan fácilmente y por orden riguroso de llamada. Dejan luego su lugar a las que les siguen y, al cederlo, son almacenadas para salir después cuando uno quiera.
s.Agustín

1 comentario:

Persio dijo...

Lo "mejor" de la memoria es cómo se transforma con el paso del tiempo. Ya no vemos las cosas como las veíamos antes ni las veremos después.