hotel mediodia

No me llego la ilusión de la navidad pero si el cariño por los ausentes, no he podido remediarlo, cuando pasé por el hotel mediodía, tan nombrado en miles de canciones, vino a mi cabeza la memoria de mi abuelo, sus cartas, sus diarios, su manía de subirse a los tejados, que llegue a pensar… que como yo había nacido el mismo día que Chagall… venia de serie, tenías que tener un familiar sentado en las tejas, claro que la obsesión del mío era tocar la antena de la tv, con un poco de imaginación cambias el violín por la parrilla y el ruido que produce el aire al atravesarla.

Hace unos años apareció en la cámara de mi casa una carta que mandaron a mi abuelo, un compañero de la guerra maestro de escuela, hablaba de la familia…, de lo que habían vivido y sobre todo, las tardes pasadas en el hotel mediodía, como mi abuelo compartía con el la poca comida que mandaban del pueblo, me enterneció. De pequeña me hablaba del silencio, mientras cogía mi mano antes de dormir, de lo importante que era el silencio para la supervivencia en trincheras y la ausencia de luz, con el tiempo… me he dado cuenta lo importante que es para la vida. Pero वमोस lo único que me tapa la boca son los sentimientos , que tiene guasa el asunto, क्रेओ कुए दे ahí mi necesidad ं de coger la mano एन वेज़ दे प्रोनुन्सिअर पलाब्रस, कामो सी से पुएदिएसे ट्रांस्मितिर एल पेंसमिएंतो.

Gracias a esa carta entré en comunicación con su nieto, personaje peculiar como pocos y como ahora imagino que habrá vuelto a casa unos días, pues un beso también para el .

Ay ay ay ay ay ay!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!( que el grito mariachi, le salía de muerte a mi abuelo), que ya me entran ganas de dar besitos, menos mal que mi timidez enfermiza me controla estos impulsos, lo dicho unos besos para todos